La
luna llena, bella, sella la noche
con
sus besos de amante secreta.
La
noche oscura, pura, apura la mañana
como
un borracho la botella acabada.
Los
grillos tunan, rondan, cantan
a
su amada luna y al olor del viento.
Y
yo leo, anhelo, lloro
mi
triste melancolía en el jardín de Apolo.
Así
son las noches de octubre.
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